martes, 26 de julio de 2011

Del mundial y otros demonios

Bien, algunas cosas han cambiado en mi vida desde la última vez que por aquí andube, algúnas puedo compartir con ustedes, otras...Luego.

En fín, soy voluntaria en el área de marketing en el mundial FIFA Sub-20. Muchas cosas he vivido y muchas cosas he oído desde que un día, me llegó un correo diciendo que buscaban personal para trabajar en el mencionado evento. Pasé tres filtros: tuve que presentar una entrevista junto con 800 personas, tomar un curso con el SENA -en un calor insoportable durante 5 tardes, debo agregar- con 400 personas y finalmente, conformar equipos de trabajo, para un total de 250 voluntarios.

Estoy en el área de marketing, pero que no panda el cúnico, no tengo que vender. Mi labor es simple: asegurarme que en un perímetro de 200 metros alrededor del Pascual no exista publicidad de marcas diferentes a las patrocinadoras y que, en días de partido, no ingresen vendedores ambulantes al estadio ni hayan vivos bobos haciendo pubicidad indebida en el escenario. Para este momento ya deberían haber visto la ironía: no es nada simple. Hoy por ejemplo, al decirle a uno de los dueños que no podía abrir su establecimiento en días de partido nos recitó media constitución, el tipo resultó ser abogado...

Hablando de cosas más amables, tengo un gran equipo de trabajo. Nos reímos y laboramos. Maritza, la gemela, hermana de cinco hermanas nacidas todas en un lapso de siete años, según mis malos calculos. Iván es un mentiroso, pero es una de las personas más graciosas que he podido conocer. Sebastian... bueno, ese es el que no suelta el Blackberry -aarrrgggg!-. Mónica es algo callada, pero me da la impresión que es por falta de confianza. Algunos faltan en la foto, por ejemplo el fotógrafo, Arturo, quien es el sabelotodo del grupo. Mi tocaya, Lina, tiene un gran espíritu y le encanta sentirse útil. Natalia y Camilo son los líderes, rien y friegan cuando deben hacerlo, son muy serios cuando la ocasión lo amerita. Ah! casi em olvido de Luisa o la cumbre, una compañera de grupo a quien apenas recuerdo, cuya madre finalmente no supo cuantos días estaba "incapacitada" su hija. Y, en medio de esa colada estoy yo, a mis 20 años, luciendo más vieja que la mayopr, según mis compañeros y siendo objetos de algúnos comentarios por (les díje, luego les cuento).

El sábado es el primer partido. Esperemos, todo salga bien. Lo que más me emociona ese día -desgraciadamente no son los partidos, ni siquiera estando dentro del escenario voy a poder verlos- es mi uniforme. Es un adidas precioso!

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