viernes, 4 de marzo de 2011

Cuando te enfermas, todos son doctores

Bien, 24 han transcurrido desde que esta gripa me empezó a atacar. A pesar de ser la enferma, el día de ayer mi novio antes de llegar a casa me llama y me pregunta "Amor, ¿qué te llevo para la gripa?" a lo que le respondo que traiga lo que me trae cuando me da gripa, de la forma más dulce él me contesta "por eso, qué te llevo"... Ahí tuve yo que ser mi propio doctor.

Ahora, es muy frecunte que cuando te vean con los ojos irritados y la naríz roja, y no precisamente porque seas Rudolph, empiezen a darte sugerencias para que no tengas que soportar tal malestar como: Agua de panela con limón, jugo de naranja tibio... y cuanto remedio casero se les ocurra. Todos son doctores cuando estás enfermo. Ahora, para un resfriado esta bien utilizar los consejos de la botica de la abuela, pero OJO con automedicarse cuando la enfermedad es más seria!


Miel y limón algo calientes es lo que tomo para la gripa, pero, ¿hay mejores opciónes?

Tengo gripa... De nuevo!


Hace dos días, mientras que escribía mi ensayo parte del examen de proficiencia de Inglès, mi garganta emepezó a molestarme. Hasta ahí todo normal, todos hemos sufrido de algo de carraspera, ¿no? En fin, regresé a casa, tomé mi café nocturno y como un relojito me fui a dormir. Para mi sorpresa, al día siguiente la molestia persistía y para horas de la tarde, el dolor de cabeza me obligó a realizar una retirada estratégica y faltar a mi clase de investigación. Más tarde, ya en casa, tuve que dormirme incluso más temprano para evitar el llanto por el dolor de cabeza -Migrañas, la bella herencia de mi familia-.

Hoy, cuando me disponía a presentar mi exposición sobre María Antonieta -La francesa, no de las nieves- mi voz sonó... un tanto graciosa.

Despúes de semejante historia tan sosa viene mi pregunta ¿Por qué Dios, por qué me dio gripa en el día en que tengo dos presentaciones orales suprémamente importantes? pues bien, luego de pensar por qué habría yo de recibir semejante castigo, me di cuenta que la gripa, o al menos esta, no era para mi.

Si, esta enfermedad que tanto dolor me causó el día de ayer, hoy ha hecho reir a mucha gente. La cuestion es que a veces nos olvidamos de que quienes somos y lo que hacemos repercute en otros, y el tono de mi voz hoy fue la causa de unas cuantas risas. Ahora que lo pienso bien, fuera de la dificultad respiratoria no me molesta estar agripada. Si con esto logro arrancar unas cuantas sonrisas, pues hombre, arriba Carlitos!